¿Se justifica la muerte animal por experimentos en cosmética? No es justo. Aunque para un gran colectivo, les parecerá necesario.
Tras utilizar una máscara de pestañas a comienzos del siglo XX, una mujer quedó ciega, hecho que motivó a la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos a aprobar la Ley Federal de Alimentos y Medicamentos Cosméticos en el año 1938, ley que fue amparada por muchos países. En otras palabras, la industria cosmética empezó a realizar pruebas en animales vivos como ratas, conejos, ratones, monos, entre otros, aplicándoles sus productos cosméticos para ver sus reacciones y así determinar si están o no disponibles para su uso.
En España, desde el año 2013 esta práctica está prohibida, pero existen muchas marcas tradicionales que colocan en sus productos la frase no testado en animales por puro interés comercial, lo que genera dudas. Hay muy pocas marcas reconocidas de cosméticos que puedan asegurar que no experimentan con animales.
En la República de Corea y en Taiwán se permite esta práctica actualmente. En cuanto a los Estados Unidos, Canadá, México, Japón y ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático, integrada por Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Birmania, Singapur, Tailandia y Filipinas), ni se prohíbe ni se exigen ensayos con animales.
Dolor, estrés y muerte es lo que ocasionan estos experimentos en animales. Más de 500 mil pierden la vida cada año a nivel mundial, después que los usan, son sacrificados. Y todo para garantizar la salud humana.
Pero, ¿qué les hacen a los animales?
Dosis Letal 50
Se les obliga a ingerir o inhalar los compuestos. Se necesitan grupos de 200 especímenes, aproximadamente, para medir la toxicidad de un ingrediente. El estudio culmina una vez que un 50% de la población en estudio muere. El objetivo es conocer las cantidades en las que es peligroso consumir una sustancia para los seres humanos.
Toxicidad de dosis repetidas
Conejos o ratas son forzadas a ingerir o inhalar ingredientes cosméticos, o se les aplica el ingrediente en su piel afeitada, cada día durante 28 o 90 días. Luego los matan. Esta prueba incluye la “sensibilización de la piel” (cobayas con su piel afeitada que son expuestas a la sustancia, o a través de los oídos de ratas para ver las reacciones alérgicas.
Pruebas de carcinogenecidad
Las ratas son alimentadas durante dos años con las sustancias para ver si produce cáncer. Luego son sacrificadas para su análisis.
Toxicidad reproductiva
Conejas o ratas preñadas son forzadas a ingerir sustancias y luego son sacrificadas para evaluar la toxicidad en sus fetos.
Toxicocinética
Conejos o ratas son forzados a ingerir la sustancia y luego son sacrificadas para examinar la absorción, metabolización, distribución y excreción de las sustancias químicas en sus órganos.
Actualmente, estos métodos están siendo progresivamente reemplazados por otros en los que no se necesitan de seres vivos para testar cosméticos, pero para su abolición definitiva mundial, toca esperar. Mientras, podemos conocer y probar la cosmética natural, una cosmética que respeta la vida, sea humana o animal, una cosmética más inteligente que emplea ingredientes no tóxicos, materia prima de calidad que cuidan la salud de los consumidores, por tanto, no necesita sacrificar animales de ninguna especie para garantizar bienestar, productos que además respetan el medio ambiente.
Es momento de preguntarte si tu marca de cosméticos utiliza ratas, ratones, monos, conejos, monos o cerdos para que puedas comprar y aplicarte sus productos.
Fuentes:
lavanguardia.com
https://beautyclusterbarcelona.com/