Los pies, aunque estén siempre cubiertos por los zapatos, es una parte del cuerpo que no deberíamos olvidar. El estar mucho tiempo de pie, utilizar zapatos apretados, exfoliarlos ‘de vez en cuando’ y la edad, son razones para que permanezcan deshidratados, con sequedad y callosidad. Normalmente, se humectan cada vez que hombres y mujeres nos hacemos la pedicura, es decir, por lo menos una vez al mes, y esto no debería ser así. Un hábito muy bueno sería que diariamente, cada vez que nos duchemos, pasar sobre la planta de los pies una piedra pómez suave, no rústica, y en el momento de ponernos el calzado, humectarlos con una crema natural para pies.
El ozono, un ingrediente que la misma naturaleza nos proporciona, se utiliza desde mucho tiempo en la cosmética, lo que garantiza una vez más, que estos productos no contienen ningún porcentaje de químicos. Además de humectarlos, ayuda a eliminar los malos olores producidos por hongos y bacterias, desinfecta los abscesos periungueal conocidos como uñeros y, reduce la aparición de callos.
Si cuidas y consientes a tus pies de esta manera, y creas el hábito sin interrupciones, te lo agradecerán con el paso de los años pudiéndolos lucir con unos bonitos zapatos en la playa o en la intimidad de tu hogar. Recuerda: unos pies cuidados dicen mucho de ti. Y no están solos, uñas limpias y sin infecciones, es el complemento para que los luzcas donde vayas y dejes huellas que ni el paso de los años podrán borrar.